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El bloqueo del escritor. Caso práctico.

Durante años, todos los veranos asistia a unas jornadas bastante conocidas. En esas jornadas me juntaba con amigos que conocía de las listas, de proyectos, de foros, etc, y con los que hablaba durante todo el año. Jugabamos al rol y a juegos de mesa, y al igual que un cargador de pilas, todos los años cuando acababan las jornadas volvía a casa con muchísimas más ganas de jugar, de comprarme algunos de los juegos probados y, sobretodo, cargado de ideas a desarrollar.

Con los años, esas jornadas dejaron de hacerse, pero por suerte unos cuantos amigos pudimos seguir quedando todos los años. Seguimos jugando a juegos que no hemos probado, además de a unos cuantos que nos emocionan por separado y que nos apetece que el resto lo conozca.

Obviamente, el año que viene espero llevarme el Roll&Play para que lo prueben. Sin embargo, no es de eso de lo que quiero hablar. Como en los años anteriores, al acabar me encontré volviendo para Valencia con la mente llena de ideas a desarrollar, incluyendo una campaña cuya idea me atrae completa y absolutamente. Prueba de ello son mis dos acompañantes en el viaje de vuelta, que escucharon de mis labios las palabras «Que ganas tengo de poder escribir lo que estoy pensando» varias veces.

Así que llegué a Valencia. Me bajé del coche. Subí a casa. Abrí el portatil. Me apunté todo lo que tenía en mente. Y continué escribiendo las reglas del R&P. Desarrollaré todas las ideas que se me ocurrieron en el viaje, y muy posiblemente lo haga utilizando el sistema de R&P como base. Pero comenzarlas a escribir antes de terminar lo que tengo entre manos acabaría consiguiendo que no avanzase en ninguno de los proyectos, tanto actuales como futuros.

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El bloqueo del escritor (IV)

Viene de aquí.

Síndrome del camino oculto: Suele ocurrir especialmente cuando te dedicas a escribir modulos o campañas para juegos de rol. Tenemos la idea, y sabemos que es lo que ocurre. Es posible que tengamos la escena final, alguna de las de la parte central de la aventura, y el comienzo no es dificil de imaginar. Sin embargo, nos resulta completamente imposible conseguir una forma para que los personajes vayan desde el inicio hasta el final, sin que parezca un desarrollo extremadamente dirigista. En ocasiones, para evitar pararnos, nos dedicamos a escribir otras partes de la campaña o de la aventura, dejando los huecos para el final. Sin embargo, al volver a ellos nos encontramos en la misma situación.

La manera de evitar este síndrome es descansar, dejar reposar el texto e ir apuntando ideas que se te ocurran para ofrecer caminos a los jugadores, o incluso repasa posibles ideas que hayas escrito con anterioridad y mira a ver cuales podrían utilizarse. Cuando ya tengas unas cuantas, piensa cuales serían las más interesantes, o incluso realiza combinaciones entre ellas para crear varias posibilidades. Si es posible avanzar en otras partes de la aventura o campaña, estupendo, ya que al hacerlo incluso es posible que alguna de las ideas que apuntemos para solventar este bloqueo venga de alguna de las partes que escribimos con posterioridad.

La vida diaria: Aunque me gustaría llamarlo síndrome, no es así. No es raro que los envites de la vida hagan que te encuentres bloqueado y no puedas avanzar. La falta de tiempo, el trabajo, la familia, los sucesos inesperados, nos impide ponernos a escribir, o aún permitiendonos ponernos a escribir, consiguen que perdamos el hilo de lo que ya tenemos escrito, obligandonos a gastar un tiempo precioso en recordar lo que estabamos haciendo.

Intentar evitar este problema es imposible. La vida real es, por definición, más real que lo que estás escribiendo, y por lo tanto suele tener más importancia. No te enfrentes a ella, dejate llevar y piensa que vendrán tiempos mejores en los que podrás trabajar en mejores condiciones. Si no lo haces así, te encontrarás cada vez más frustrado y agobiado y, desde mi punto de vista, en esas situaciones no suele ser bueno lo que sale. Lo mejor que puedes hacer es dedicarle el tiempo necesario a los asuntos que tengas pendientes, aprovechar ese tiempo para encontrar nuevas ideas que desarrollar más adelante, y procurar realizar una gestión eficiente del tiempo. Si realmente te apetece escribir, tarde o temprano volverás a ello.

Se tambien sincero contigo mismo. Escribir es un proceso laborioso más costoso que ver la tele o jugar a un juego de ordenador (o de consola). Si descubres que el poco tiempo libre que tienes prefieres gastarlo en otras aficiones (y hay muchas), es preferible que no te pongas a escribir. Piensa que no solo son necesarios escritores para los juegos de rol. Tambien son necesarios jugadores.