Esta noticia es un pequeño adelanto de las noticias que veréis en el The Freak Times, muy pronto en vuestros monitores 🙂
Es un secreto a voces que la cuarta edición no está dando el resultado económico que Wizards esperaba. Si darle la gestión de las revistas Dragon y Dungeon a Paizo fue un error, quitárselas fue una temeridad y ahora Pathfinder amenaza con arrebatarle al D&D el título de juego con más ventas en EEUU (desde este año ya le arrebató el del juego que más premios cosecha).
También es bien sabido que Wizards pertenece al gigante Hasbro y que Hasbro funciona como una multinacional mucho más que ninguna otra compañía de juegos. En otras palabras, alguien debe estar recibiendo muchas broncas debido a que D&D no mantiene el nivel de beneficios que tenía hace unos años. Probablemente a esto se deba la retirada de la venta de libros en formato .pdf, como un intento de explicar las pocas ventas por el aumento de la piratería.
El nuevo paso en el intento aumentar la rentabilidad del juego consiste en la publicación de cartas coleccionables que afectan al juego. Basta leer el comunicado de Wizards, cargado de peticiones de disculpas, para ver claramente que el que lo escribe tiene miedo a la reación de los clientes. En vez de estar escrito en el habitual tono de “mira como mola esto” a mí me da la sensación de que está escrito con un tono de “no es tan malo como parece, os lo juro”.
El nuevo sistema de cartas es, lógicamente, opcional, tal y como insiste una y otra vez el comunicado de Wizards (como si no fuera evidente). La idea es vender sobres de ocho cartas, a un precio de 3,99$ cada uno, donde encontraremos cartas comunes, infrecuentes y raras.
Sí, comunes, infrecuentes y raras.Las cartas tendrán influencia muy real sobre el juego. Y cada jugador se hará su propio mazo. Al iniciar cualquier encuentro, cada jugador robará una carta y podrá aplicar el texto de la carta durante todo el encuentro.