Todos cometemos locuras, algunos las cometen de esas de gran calado, y otros tenemos impulsos súbitos de pequeña repercusión.
Hace unos días pasé por una de esas pequeñas locuras. Tras comprar un bundle que creó la web de DriveThruRpg como protesta a unas acciones realizadas por las fuerzas de seguridad de EEUU y revisar el contenido del mismo, estuve un rato revoloteando por dicha web.
Es algo que hago muy de vez en cuando, porque hay demasiadas cosas que me atraen, y al no tener tiempo ni espacio para guardarlas, pues intento no ir acumulando más (y en digital ni hablamos… recordad que acababa de comprar el bundle ese, con MOGOLLON de libros para Savage Worlds). Bueno, pues eso, que estoy mirando por encima, y me encuentro con esto:
No me digáis por que. Vi que era OSR, que estaba a 25€ (ahora ha subido un montón :-O ) y que la portada me gustaba, y me lo pillé. Impresión en tapa blanda, y para casa.
Ya de entrada, pensaba que era una locura. Que me llegaría, lo miraría por encima y lo guardaría con las otras tantas cosas OSR que me he ido cogiendo, algunas de las cuales muy buenas y otras… psa, tirando a malas. Pero resulta que de vez en cuando a los que hacen locuras les pasan cosas buenas. Y esta fue una de ellas.
Nada más recibirlo, me doy cuenta de lo gordo que es. 352 páginas, a todo color. Y comienzo a hojearlo por encima, y… que maravilla.
Con un estilo muy personal, unas imágenes muy extrañas pero a la vez atractivas, y con un estilo de dungeons muy basto, el libro es una preciosidad. Pero es que además, leyendo la introducción, va y resulta que no es un libro de módulos, como yo creía en un principio, sino un megadungeon modular.
¿Que es un megadungeon modular? Es un medadungeon dividido en cachitos, tantos como partes indivisibles se hayan podido hacer del mismo, y se presentan de forma independiente. Pero además, es que cada parte del libro se presenta no solo de forma independiente, sino con estilos diferentes en el diseño, con colores de fondo distintos y con titulaciones para cada uno. Como digo, una preciosidad.
Es posible que el texto sea una basura. No he llegado a leerlo todavía, y hasta septiembre seguramente no podré ponerme. Pero como he dicho, visualmente es una maravilla. Uno de esos libros que todo old-schoolero debería tener, como ejemplo y como fuente de ideas para publicar sus propios productos dándoles un toque distinto.
Nota al pie
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