Ni un merito ni un defecto, sino un hecho.
Creo que hay mucho obtuso en esto de la afición que considera que es importante que en determinados juegos de rol se deban de producir situaciones como estas, y las valoran como tales.
No me gusta pensar que se deba de combatir si o si en una partida de dungeons, o que considerarse que una partida de ese mismo juego en el que no se ha tirado ni un dado sea algo que felicitar. Es muy posible pasárselo bien sin tirar ningún dado, pero también me han comentado alguna historia en la que al parecer de los jugadores, fue un coñazo de sesión.
¿Yo he tenido como máster partidas sin tirar dados? Por supuesto. Y otras en las que no se paró de tirar uno detras de otro. Y ambas tuvieron sus momentos buenos y sus momentos malos. Y ya está.
Esta entrada pertenece al ciclo del Desafío de los 30 días, en su 4ª edición, que puedes seguir aquí: Desafío de los 30 días
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