En principio, no teníamos pensado incluir ideas de aventuras relacionadas con las enfermedades, pero en los comentarios se está yendo por otro lado :). Si el otro día os hablábamos del debate que surgió con el tema de la diarrea, la entrada que dedicamos el otro día a los dientes también ha dado de sí 🙂
Nosotros ¿qué podemos decir más que estamos encantados de ver tanta imaginación? os invitamos a todos a aportar vuestras propias ideas de aventuras con cualquiera de estos temas. De momento el resultado está siendo bastante chulo 🙂 ¡muchas gracias a todos!
AGIS
El violador y asesino en serie Silfider va a ser ajusticiado por empalamiento. El mejor empalador de los Reinos, Vladimir el Hijoputa, ha sido contratado para la ocasión. Entre otras gracietas, Vladimir es conocido por arrancar los dientes a sus ‘clientes’ antes de empalarlos. Luego arroja los dientes al respetable, que se pelea por los ‘souvenirs’.
Un hechicero negro oscuro se ha enterado de la ejecución y quiere utilizar los dientes de un condenado a ser empalado como componente para sus hechizos (no, yo tampoco creo que sea para nada bueno). Para conseguir los dientes de Silfider contrata a los PJs. Supuestamente los PJs se mezclarían entre la multitud y atraparían, comprarían o robarían todos los dientes de Silfider que fuera posible encontrar.
En lo que se dirigen al lugar de la sonada ejecución, hacen parada en una taberna. Allí hacen amistad con un clérigo que lleva las insignias de mensajero. Entre cervezas, les cuenta que es portador de un mensaje del Alto Clérigo Sadael el Misericordioso, en el que pide que se le perdone la vida a Silfider. Al parecer, el Alto Clérigo ha tenido una visión en la que el asesino tendría un papel en el futuro de los Reinos.
Lo lógico sería que el mensajero llevara su mensaje cuanto antes, pero se está demorando para llegar en el último momento. ‘Así ese cabrón de Silfider sudará la gota gorda…’.
Tal vez, legalmente Silfider ya no esté condenado y sus dientes ya no sean válidos. A lo mejor los PJs pueden decidir comprar o robar el mensaje para que Silfider sea empalado y así obtener los dientes. Pueden conseguir los dientes de cualquier otra ‘fuente’ y esperar que el hechicero no se dé cuenta…. O pueden esperar a que Vladimir le arranque los dientes a Silfider y luego avisar que tienen el mensaje de indulto, con lo cual `técnicamente’ serían dientes de un condenado. Esta última idea entusiasmará al mensajero, que se animará enseguida a ayudarles. Esperemos que, llegado el momento, sean lo bastante rápidos y que sus gritos de ‘¡Déjennos pasar, que llevamos un indulto!’ se oigan entre el griterío indignado de la muchedumbre, deseosa de justicia y de un buen espectáculo.
P.S. Silfider parece un nombre flojo para un villano. ¿Qué tal Barón Silfider?
Yo optaría por una solución bastante sádica. La noche antes de la ejecución me colaría en las mazmorras y le diría a Sildider: ‘Esto es tu indulto, esto son unas tenazas. Tú me das lo que yo quiero y yo te doy lo que tú quieres.’
TIBERIO
Yo tengo otra semilla de aventura
Ratoncius Perazcus es un hechicero de pinta sospechosa que llegó a Vilés hace un tiempo. Busca dientes de leche, y ofrece una moneda de cobre a todos los niños que le den uno de sus dientes.
Para hacer el intercambio envía un ratoncito con el dinero a que le traiga el diente ¿un familiar? ¿un siervo polimorfizado? ¿quizás él mismo? el caso es que, así a lo tonto, nadie ha visto al hechicero en persona, sólo al ratón.
¿Existe Ratoncius? ¿Para qué quiere tantos dientes de leche?
AGIS
Cuando un hechicero empieza a acumular cosas raras siempre pienso que está buscando componentes. Los dientes de leche que caen por sí solos me llevan a pensar en el fin de la primera infancia. No me parece que sean un componente de un hechizo maligno.
Por otro lado, parece que es una operación a gran escala. Eso me hace pensar que la apuesta es muy alta. Así que mi hipótesis es que se trata de la búsqueda de un hechizo de eterna juventud o algo por el estilo. Si estoy en lo cierto, el tiempo corre en contra del hechicero. Tal vez la metamorfosis en ratón sea un ‘efecto secundario’ del hechizo.
Otra posibilidad es que el hechizo ya esté en marcha y que los dientes de leche sean necesarios para mantenerlo. Como la sangre para un vampiro, por así decirlo.
Una duda que me planteo es: ¿dónde se guardan todos esos dientes? Seguro que Ratoncius defendería ese lugar con uñas y dientes (qué chiste más malo).
TIBERIO
Me ha molado mucho la idea de que el tiempo corra contra el hechicero
Existen posibilidades malvadas. Quizás el hechicero quiera esos dientes porque, gracias a ellos, podrá controlar a sus antiguos dueños cuando estos sean adultos. Quizás planea hacerse así con la ciudad.
O a lo mejor los dientes son una tapadera. A lo mejor la gracia está en las monedas de cobre, que guardan algún secreto oculto.
AGIS
Je, je, je… Muy sibilinas esas ideas. Me gustan. Me imagino un enorme almacén con todos los dientes ordenados por dueño y fecha. (escalofrío) Quizá un diente pudiera permitir el control mental de su antiguo propietario/a durante un cierto tiempo… O eso cree el Mago.
Tal vez el Hechicero y el Ratón sean una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Me explico: sea lo que sea que está haciendo el hechicero ha desdoblado su personalidad, tal vez no necesariamente entre el Bien y el Mal, sino entre el Mal y el Peor. El caso es que el lado del Ratón cada vez se va haciendo más fuerte, y el Ratón aparece cada vez más grande y terrible, hasta que llega a descontrolarse. O quizá las dos personalidades pueden oscilar en poder por cualquier razón mística.
Tampoco haría falta plantearlo como una novela, sólo tratar los aspectos que fueran a llegar a los PJs.
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