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Una breve historia de los juegos de rol en España, la Edad de oro (1988-1994)

Yo empecé a jugar hacia el final de la Edad de oro, por lo que de aquella época tengo sólo una referencia de aficionado y no del mundo profesional. Sin embargo, a lo largo de los años he tenido ocasión de hablar con gente que trabajaba en el rol por aquella época. Y me cuentan historias fantásticas que jamás han vuelto a repetirse.

Me hablan, por ejemplo, de cajas y cajas de El Señor de los Anillos (JOC, 1989) que llegaban a las tiendas y que se agotaban en un sólo día. En este periodo los juegos de rol se vendían en librerías normales… principalmente porque no había tiendas especializadas.

Con La Llamada de Cthulhu y el Runequest ya establecidos, el mercado tenía pocos títulos pero los suficientes como para incluir algunos que podríamos considerar experimentales como el Killer (JOC, 1991), el Pendragón (JOC, 1992), el Paranoia (JOC, 1991), el Ars Magica (Kerykion, 1993), el Universo(Cronópolis, 1994) o el Kult (M+D, 1994). Sinceramente, creo que aunque había muy pocos juegos en el mercado, la calidad media de estos era muy elevada, incluso superior a la actual. Podríamos considerar que ya entonces existía una importante cuota de mercado «indy» aunque, lógicamente, nadie lo llamaba así.

Esta época vio, incluso, florecer una producción de juegos de rol españoles que no sería igualada hasta tiempos modernos (en títulos, en ventas no ha sido igualada nunca). Por citar alguno citaremos el Aquelarre (JOC, 1990), el Mutantes en la Sombra (Ludotecnia, 1991), el Fanhunter (Farsa’s Wagons, 1992), o el Comandos de Guerra (Cronópolis, 1994)… y me estoy dejando unos cuantos.

Por haber, había incluso hueco para publicar libros en catalán: El Senyor dels Anells (JOC, 1993), y, aunque fuera en el periodo siguiente, también habría que mencionar a La Crida de Cthulhu (JOC, 1996) o, incluso, el primer juego de rol escrito directamente en catalán, Almogavers (JOC, 1995) que sería seguido por el Tirant lo Blanc (JOC, 1996). Hemos tenido que esperar al Catau y al Tibet (Maqui Ediciones, 2009) para que alguien se atreviera a repetir la hazaña.

Tras otro intento poco exitoso (aunque muy recordado) de publicar el D&D (Borrás, 1991), Ediciones Zinco nos trajo por primera vez el AD&D (1992), junto a infinidad de suplementos. Gracias al AD&D, Zinco se consolidó rápidamente como una de las dos grandes editoriales de juegos de rol del país (la otra era JOC, evidentemente).

Además de publicar el AD&D, Zinco le quitó a Diseños Orbitales la licencia de Battletech/Mechwarrior (el Battletech era un juego táctico, el Mechwarrior era el juego de rol ambientado en el universo Battletech), que tendría bastante resonancia en su tiempo y la de Shadowrun. Algún día habrá que hablar de la mala suerte de Diseños Orbitales, que publicó cuatro juegos de los cuales tres de ellos fueron bombazos en manos de otras editoriales: Battletech/Mechwarrior(1990), Shadowrun (1992) y Vampiro (1993). El cuarto juego de Diseños Orbitales era un señor juegazo que fue merecedor de mejor suerte de la que tuvo: Traveller (1989). Desde luego, en Diseños Orbitales había gente con un gran ojo para los juegos. (Y estamos hablando sólo de juegos de rol, si tenemos en cuenta que Diseños Orbitales también fue la primera editorial que publicó en España el Hero Quest, ya es de traca 🙂 ). Cómo anécdota comentar que Diseños Orbitales acabó siendo adquirida por Games Workshop y ahora son Games Workshop España.

Antes de terminar con Zinco, podemos recordar una de sus publicaciones más incomprensibles, el juego de rol de Buck Rogers. Según algunos rumores, este juego sería impuesto por TSR a la hora de comprar la licencia del AD&D (TSR era entonces la casa madre del D&D)… Aunque he escuchado una versión mucho más maliciosa (procedente de una fuente muy fiable) según la cual el Buck Rogers sería un capricho personal de un editor de Zinco emparentado lejanamente con el dibujante del cómic.

[EDITADO: Artemis desvela el misterio en los comentarios. Copio sus palabras: «La respuesta es ambas y a la vez ninguna. En aquellos tiempos la mandamas de TSR era la terrible Lorraine Williams (ya habia conseguido “echar” a Gyagx) que era nieta del creador de Buck Rogers y la impulsora de que TSR publicara este juego (mas que nada por que los derechos iban para su bolsillo). Por supuesto siendo ella la que vino a negociar los derechos con Zinco no hay que darle muchas vueltas para saber que ocurrio.»]

A la revista Líder, se sumaron rápidamente otra serie de revistas de las cuales, sin duda, la más importante fue la revista Dragón (con tilde en la «o»), publicada por Ediciones Zinco y que se basaba en artículos de las revistas estadounidenses Dragon y Dungeon pero donde tenían cabida artículos de producción propia e incluso aventuras para juegos de otras editoriales. La Dragón y la Líder competían por ser la revista rolera de referencia, consiguiendo incluso la distribución en quioscos (en algunos pocos, conste, no os vayáis a creer 🙂 ).

Pero junto a ellas varios fanzines/revistas (era difícil establecer la diferencia) pugnaban por hacerse un hueco, a veces con bastante éxito. Por citar alguna, citaremos la primera etapa de la Dosdediez (La Factoría), Sir Roger, Nereid, Troll

Todo sonreía a los juegos de rol, la afición parecía ir viento en popa. Pero existían amenazas. El mercado de los juegos de rol era muy joven y no conseguía asentarse. Su nivel de ventas estaba en una línea peligrosa que permitía editar en offset pero no facilitaba la gran distribución.

Hay que tener en cuenta que estamos hablando de unos años en los que los juegos de rol se vendían bien por todas partes (TSR parecía que podría llegar a convertirse en la primera empresa dedicada a los juegos y juguetes, siendo superada sólo por Mattel), pero ya se veían síntomas de agotamiento del mercado y las editoriales foráneas habían iniciado una lenta decadencia.

Y entonce llegó el «crimen del rol», del que hablaremos en el próximo artículo.


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Bufffff… Es que se podría decir tanto de esta época. Pero tantas cosas, y muchas buenas por lo novedoso que era todo… Es muy difícil resumirlo.

Lo que creo que en mi parte seguro que estoy influenciado por la nostalgia, era una época de descubrimiento, todo molaba; pero habían sus chapucillas (a mí, lo siento, pero la edición de AD&D de Zinco me jodió mucho, especialmente por cosas de traducción y por su forma de sacar el Compendio de Monstruos, una barbaridad; fue la primera vez que vi que como un juego de rol tomaba un precio desorbitado, ahora ya me he acostumbrado, sic).

Por cierto, un recuerdo para Stormbringer, otro de los grandes. Y la revista que hizo Zinco (Guía de los juegos de rol), solo recuerdo dos números, que encontré mucho después de saldo, ambos números son joyas para cualquier máster que se precie, en esos momentos sin internet los atesoraba y leía una y otra vez.

Bueno, corto el rollo que me alargo demasiado.

Saludetes

Me encontré con ese mismo problema a la hora de escribir el artículo, la verdad 🙂

Sobre las chapuzas, hombre, las había muchas y variadas. Aquella fantabulosa traducción de Zinco pasó a la historia :). Pero, las cosas como son, tampoco era una traducción tan mala. Lo que pasó es que sus errores fueron épicos 😀

Respecto al Compendio de Monstruos, jo, a mí me encantaba. Esa edición en hojas sueltas me parece una pasada y una pena que haya dejado de hacerse. Yo me llevaba a las partidas sólo los bichos que iba a utilizar, me parecía super práctico.

Stormbringer es de los juegos que me faltan de aquella época!!!, una pena. Y sobre la guía de los juegos de rol, sólo te diré que la primera partida que jugué en mi vida fue una de Alta Inseguridad ¿te acuerdas? 😀

Me metí mucho con el tema historiador del rol cuando estuve metido en la Wiki de SPQRol… Joder, me acuerdo que fui a fondo con todo lo que fue el MERP, Fanhunter, Lider, JOC en general, Aquelarre, el BRP de Rune Quest y es que es inagotable, era como tirar de un hilo que nunca se acababa (y es curioso lo traicionera que es la memoria). Especialmente complicado el galimatías de la Líder y sus diversas ediciones.

Lo del compendio de monstruos… Es que tú eres de D&D y le tienes cariño XD. Pero insisto, era carísimo, es que hasta las fichas se vendían aparte (que después de gastarte un pastón no tengas fichas es un timo, y más en una época en que no te hacías una ficha así como así con el ordenador).

Y claro que me acuerdo del Alta Inseguridad, el juego gratuito de La Guia… Eso sí, no lo jugué. Hummm… Tengo esas revistas por aquí, a ver si las saco y les hecho un ojo.

Jo! Que viejos somos…

Saludetes

PD- Por cierto, si tienes morriña del Alta Inseguridad y no lo tienes te lo escaneo.

Me acabo de dar cuenta de que esto ya debería haberlo dicho antes, pero esa wiki fue una de las fuentes principales en las que estoy basando estos artículos (las otras son la wikipedia, poquito, y las viejas Líder y Dragón que tengo por casa)

Y sí, el AD&D era carísimo :D, las cosas como son. Ahora que no nos lee nadie, voy a confesarte una pecadillo, yo no me compré mi Manual del Jugador hasta el año pasado (y el del master hasta hace un par de años), siempre jugué con ellos fotocopiados… Es que, jo, siempre que pensaba en comprármelo veía otro suplemento/juego y pensaba «total, si ese ya lo tengo fotocopiado»…. 😀

Lo del Alta Inseguridad, ostras, pues sí que me molaría. Yo nunca llegué a tener aquella guía, la tenía un colega con el que perdí el contacto hace años…

Yo soy también de aquella época (mi primer juego fue un RuneQuest en caja). si no hubiera sido por la presencia de juegos de rol en el Hipercor y mis habilidades para el latrocinio, otro gallo me hubiera cantado 😀

Mi primer juego fue Traveller, puedo contar muchas cosas, pero lo resumiría que todos los sistemas de creación de personajes me han resultado bastante insatisfactorios desde entonces (excepción Twilight 2000, que es bastante parecido claro).

Junto a este, mi gran juego es Pendragón. Aún recuerdo la expectación previa a su publicación en castellano, yo que menospreciaba el Príncipe Valiente por un comentario de la Guía que citáis. Sin embargo lo descubrí en mi segunda etapa rolera, ya en la universidad.

En aquel tiempo a lo que más jugabamos era a Star Wars. ¡Venga a tirar d6!

Y ya para acabar nombrar a la familia d100. También me gustaba bastante la creación de PJs en RQ avanzado. Creo que nunca jugué a Stormbringer, pero una de sus reglas es el germen de mi juego-campaña Exploradores.

Un artículo muy interesante y bien documentado, pero debo admitir que no estoy para nada de acuerdo con el siguiente comentario: «Sinceramente, creo que aunque había muy pocos juegos en el mercado, la calidad media de estos era muy elevada, incluso superior a la actual»

Lo siento pero no. Eso es una percepción bastante extendida pero se debe precisamente a que había poco material y evidentemente lo bueno sobresalía más y a que además eramos muy jovencitos y con poco criterio para comparar.

No me malinterpretes, en absoluto pretendo decir que aquellos juegos eran malos y en cambio los de hoy son la polla en vinagreta, lo que digo es que en aquella época había unos pocos juegos muy buenos, algunos juegos decentes y muchos juegos malillos (aunque menos que ahora) y hoy en día hay unos pocos juegos muy buenos que nada tienen que envidiar a aquellos, algunos juegos decentes y muchos (muchísimos, vale) juegos malillos. Esa calidad media de la que hablas se debe simplemente a la mayor oferta actual (debida en gran medida al mayor acceso al mercado internacional), pero no hace que la calidad de los juegos actuales sea para nada peor que la de entonces.

Selenio.

Hola Selenio!

Yo no estoy de acuerdo. Puede ser un problema de nostalgia, no te digo que no, que estas cosas nos pasan a todos. Pero sin desmerecer los muchos juegos muy buenos que hay hoy en día, sinceramente creo que hoy hay muchos más juegos malos de los que había antes. No es cuestión de dar nombres, pero jopelas, los juegos de aquella época siempre ofrecían «algo» que no fuera «lo de siempre». Vale, eso era muy fácil en una época en la que se estaba inventando los juegos de rol, pero leches, el caso es que era así.

[i]Antes de terminar con Zinco, podemos recordar una de sus publicaciones más incomprensibles, el juego de rol de Buck Rogers. Según algunos rumores, este juego sería impuesto por TSR a la hora de comprar la licencia del AD&D (TSR era entonces la casa madre del D&D)… Aunque he escuchado una versión mucho más maliciosa (procedente de una fuente muy fiable) según la cual el Buck Rogers sería un capricho personal de un editor de Zinco emparentado lejanamente con el dibujante del cómic.[/i]

La respuesta es ambas y a la vez ninguna. En aquellos tiempos la mandamas de TSR era la terrible Lorraine Williams (ya habia conseguido «echar» a Gyagx) que era nieta del creador de Buck Rogers y la impulsora de que TSR publicara este juego (mas que nada por que los derechos iban para su bolsillo). Por supuesto siendo ella la que vino a negociar los derechos con Zinco no hay que darle muchas vueltas para saber que ocurrio.

Sobre los juegos estoy con Selenio, de aquella epoca puedo recordar el James Bond o el Cazafantasmas (a este ultimo le guardo cariño pero por nostalgia) entre otros que no es que se pudiese decir que fuesen juegos de calidad. Tambien es cierto que a dia de hoy somos mucho mas exigentes con los juegos, algo del estilo El Señor de los Anillos de JOC hoy en dia recibiria mas criticas que un OT RPG.

Es difícil juzgar la calidad de unos juegos en un contexto tan distinto. A mí me suena, salvando las distancias, a eso de comparar dos jugadores de futbol de épocas distintas.

Ostas, pues muchas gracias Artemis. Al menos a mí personalmente, me has solucionado un misterio que llevaba mucho tiempo oculto 😀

(supongo que en alguna conversación con alguien debí escuchar campanas y no sabía donde y por eso hice esa extraña aproximación a lo que tú cuentas)

Sobre el James Bond, yo defiendo que era un juego bastante aceptable. Tenía ideas que entonces eran francamente novedosas, como aquello de empezar las partidas en plena acción para romper el hielo, ya meterás la trama después. Leches, todavía hoy resulta novedosa esa visión 😀

El Cazafantasmas no lo he leído, el SDLA las cosas como son, recibió muchas críticas en su momento, pero yo no creo que fuera un mal juego. Simplemente creo que no era un reglamento apropiado para representar la Tierra Media.

Todavía tengo el Cazafantasmas, que grande era.
Recuerdo que sólo dirigí una aventura, de creación propia, y fué GLO-RIO-SA.
La trama consistía (y hablo de muchos, muchos años antes de la peli de Pixar, «Monstros SA»), que los PJs, la sucursal madrileña de la empresa Cazafantasmas (el juego partía de la premisa que cada grupo de PJs era una franquicia de los cazafantasmas originales, los de la peli), recibían el encargo del alcalde para ocuparse del «monstruo del armario de mi hijo». El temido monstruo del armario del hijo del alcalde era el antiguo monstruo del Saco que, visto que ya nadie creía en él se había reconvertido en mostruo de armarios y se desplazaba a través de espacios dimesionales unidos por los armarios de los niños del mundo (y repito que era años antes de la peli de Pixar).
El caso es que el espíritu del juego de rol era que los PJs deberían meterse en lios y embrollar las cosas para al final resolverlas (en Cthulhu es investigar, descubrir, volverse loco).
Pues mis jugadores se las apañaron para:
casi matar al niño al utilizarlo como cebo para el monstruo
quemar la casa del alcalde (nunca cruceis los rayos…)
provocar una ola de niños secuestrados por sus armarios
abrir un portal desde el mundo de los monstruos infantiles hasta el nuestro

…y nada de eso estaba previsto en la aventura. Fué la sucesión de pifias, planes estupidos y peores ejecuciones que he visto en toda mi vida de rolero.

¡Quedó genial!

Buenas,

No sé si alguien lo ha dicho ya, pero que yo sepa Diseños Orbitales no sacó el Heroquest (grandes aventuras en un mundo mágico), sino el Advanced Heroquest (que molaba un montón, por cierto).

El que sacó Heroquest en España fue MB 🙂

Creo que has mezclado la historia de Buck Rogers y su publicación. Te cuento la historia tal y como la recuerdan y han escrito la gente de TSR, como Montecook:

La dueña de TSR, Lorraine Williams, era descendiente directo de uno de los creadores de Buck Rogers. De hecho, ella misma escribió un libro sobre el personaje y pidió que se hiciera un juego de rol sobre el mismo. La idea no era mala, puesto que se habían hecho de Conan y de Marvel Superheroes, incluso de las novelas de Lankhmar. Sin embargo, ya fuera por falta de esmero, exceso de espectativas o que al público no le interesaba la ambientación, el producto no se vendió bien.

Me parecería el rebote de la casualidad de que en España viviera uno de los otros descendientes de los creadores de Buck Rogers, y que también se encaprichase en la publicación. Me suena más que TSR les obligó a comprar los derechos, igual que las televisiones tienen que comprar paquetes de películas donde hay desde productos buenos a cosas de serie Z.

De esta época son los juegos que más me han marcado.

El Stormbringer. Un juego muy sencillo, que logró ser muy fiel a la obra literaria original y con unos suplementos a un alto nivel (un tanto ‘railroad’, pero era otra época). Hasta hace poco se podían conseguir a precio de risa.

Pendragón: Una obra maestra. Era difícil sacarle partido, pero un gran juego. Un sistema de pasiones maravilloso.

Dark Sun: Un juego al que le tengo un especial afecto, de ahí mi nick. 😉

Interesante artículo (también me he leido los otros dos, y espero los siguientes), ha sido una clase de historia muy interesante. 😉

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