Me costaría mucho.
Ya me cuesta deshacerme de los libros (novelas) que tengo, y eso que son de esas cosas que las lees una vez y pocas veces vuelves a revisarlos (o ninguna), pues imagina con esos libros que revisito cada cierto tiempo, bien para recordar reglas, recordar detalles de la ambientación, recordar historias vividas o recordar ideas que aplicar.
Y no es algo generalizado. No me importa desprenderme de otras cosas. Con temas electrónicos soy de mantener lo mínimo. Mientras otros amigos guardan memorias, discos duros de poca capacidad, cables que quizá algún día podrán utilizar, yo no. Y lo mismo me pasa con la ropa, u otros elementos.
Pero con los libros no. Que se le va a hacer.
Esta entrada pertenece al ciclo del Desafío de los 30 días, en su 4ª edición, que puedes seguir aquí: Desafío de los 30 días
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