Madera Solitaria es un antiguo asentamiento que con el paso del tiempo ha ido transformándose en un poblado, hasta alcanzar las dimensiones que tiene actualmente.
En la época en la que la Comarca de Vilés pertenecía al reino de Hungra, lo único que podía encontrarse en esta localización era un cruce de caminos. Desde el cruce y hacia el este salían los caminos que se dirigían a la ciudad de Hungra y al territorio de la Marca por el camino más transitado. Hacia el oeste el camino continuaba, atravesando las Montañas del Paso, hasta llegar a la ciudad de Viles. Aunque los caminos de la comarca y de Hungra nunca han sido especialmente seguros, durante las horas nocturnas el paso de las montañas se transformaba en una autentica trampa para aquellos lo bastante locos como para cruzarlo cuando el sol se escondía, y no era raro que caravanas y viajeros sufrieran el ataque de bandidos apostados por la zona o criaturas nocturnas en busca de presas.
Cuando los comerciantes y otros viajeros deseaban llegar a Vilés, buscaban la manera de llegar hasta el antiguo asentamiento que es hoy Madera Solitaria, y esperando al amanecer, se agrupaban en el cruce de caminos. No era raro durante la época mayor esplendor de Hungra que en el asentamiento se concentrasen grupos de hasta trescientos seres de distintas razas, esperando al amanecer para continuar el camino.
Fué en esa época cuando se construyó la primera posada, para aquellos viajeros que deseasen dormir bajo un techado en lugar de hacerlo en el duro suelo. La posada recibió el nombre de Madera Solitaria, y no tardó demasiado en ampliarse con servicios adicionales como un establo, una tienda de elementos básicos para viajeros y una pequeña ermita donde los más píos podían rezar a sus dioses.
No tardaron en aparecer las primeras casas donde se establecieron los trabajadores de la posada de Madera Solitaria y de otras tres posadas que surgieron viendo el éxito de la primera. La zona fue creciendo en habitantes, aparecieron los primeros campos de cultivo y se estableció una guardia permanente de Hungra que evitaba las trifulcas entre mercaderes y otros viajeros. No fue muchos años después cuando, en una tensa noche antes de empezar el invierno, una pelea a causa de una actuación equívoca por parte de la guardia acabó destruyendo la posada de Madera Solitaria. Esto provocó que se crease la figura del alcalde y se crease una guardia permanente con habitantes de la zona, a la que se le puso el nombre, en honor a sus orígenes, de Poblado de Madera Solitaria.
Cuando Viles se levantó en armas contra la tiranía de Hungra, el comercio de la Comarca con el reino de Hungra se resintió, y aunque no desapareció del todo, las tensiones provocaron que disminuyese en un porcentaje importante. Como beneficiario directo, Madera Solitaria sufrió la crisis, y muchas de las posadas y tabernas, negocios y establecimientos relacionados cerraron, emigrando sus habitantes a otros territorios. Hoy, Madera Solitaria ha vuelto a ser un pequeño asentamiento con unos cuantos negocios estables, alrededor del cual todavía se observan algunos restos decadentes de lo que fue en su tiempo.
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