Uno de los mejores momentos que existen cuando estas escribiendo textos para un juego de rol es, precisamente, el momento en el que lo terminas. Ves como todo el tiempo que has invertido se refleja en un maravilloso texto de veinte, cuarenta, cien, doscientas o mil páginas, y ya lo has preparado para que todo el mundo lo pueda utilizar. En este momento es cuando entiendes a todos esos grandes inventores que han conseguido llevar su idea adelante. A todos esos grandes escritores que han terminado su obra. A todos esos grandes músicos que han logrado rellenar sus partitur… espera un momento…
…no lo has terminado. Y lo que es peor, no tienes pinta de que la cosa vaya a cambiar.
Bueno, no desesperes. Sin tocar el tema de los bloqueos, sobre los que ya hemos hablado anteriormente, es posible que en estos momentos estén ocurriendo alguna de estas dos situaciones:
– No te gusta lo que estás escribiendo.
Es posible, y a todos nos ha pasado. El proyecto es gordo, largo y trabajoso, y has acabado por agobiarte, dándote de morros con otro mucho mas interesante. Obviamente, seguir trabajando a desgana es un error. Lo que quede lo vas a hacer mal o peor, y todo el tiempo que has invertido va a ser malogrado por lo que desarrolles a partir de ahora. Es posible que, incluso si sigues, acabes odiandolo, y la verdad, tampoco es bueno que llegues a esa situación.
Lo mejor que puedes hacer en este momento es parar. No comiences el nuevo proyecto. Coge todo lo que has escrito en este, y leelo con calma, del principio a fin. Cuando hayas terminado, te encontrarás con dos posibles salidas. La primera y más deseable es que redescubras porque te metiste en este proyecto, y las ganas vuelvan a aparecer. Si este es el caso, acuérdate de apuntar ese otro proyecto que casi hace que desistas. Cuando termines con este, ya lo retomaras.
La segunda posibilidad es que sigas sin tener ganas de continuarlo. Bueno, no es el fin del mundo. Podemos dejarlo y comenzar con otro. Sin embargo, todo el tiempo que has utilizado en realizar algo que no se va a aprovechar va a hacer que te sientas un «poquito» mal, así que vamos a aprovechar la relectura que has hecho. Busca a ver si hay algo que puedas aprovechar, bien como esquema y que otros lo utilicen, o bien liberando algunas partes que por si solas ya tengan utilidad. Los aficionados te lo agradecerán, y tu no te sentirás como si hubieras perdido todo ese tiempo.
– Te gusta lo que estas escribiendo, pero no tienes tiempo para continuar.
Esta situación tampoco es para desesperarse. Vale, no tienes tiempo ahora, pero no te preocupes, que en el futuro volverá a aparecer el tiempo que necesitas. El tiempo libre se comporta de forma impredecible, llegando en ocasiones en oleadas, mientras que en otras conseguir unos minutos al día requiere de un esfuerzo sobrehumano. Aprovecha los momentos en los que el tiempo libre es abundate para continuar escribiendo, y aprovecha lo escrito para los momentos en los que ya no hay tanto tiempo libre, utilizándolo como reclamo para los aficionados.
Sin embargo, no te despistes. El tiempo libre es algo que tan pronto llega, se llena con cualquier cosa. Aprovéchalo. Ves pensando en los resultados que vas consiguiendo, aunque sean mínimos y parciales. Te servirán para mantener las ganas.
En ambos casos, tanto si vas a continuar con el proyecto como si no, busca encontrar resultados en todo aquello que haces. No te agobies con la idea de buscar el proyecto entero o nada. Es preferible que saques una parte del mismo a nada, y cualquier resultado es un apoyo. Búscalos y, haciendo la rima fácil, te servirán para sobrepasar los escollos.
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