Muy señores míos, agradables gentes de bienvivir, y de bien compartir. Atendiendo a las entradas vertidas durante los últimos días, y leyéndolas todas con una gran alegría y alborozo interior, compruebo que debo de ser estúpido.
🙂
Yo necesito las etiquetas. Necesito saber que algo tiene tendencia old-school, es seguido por grognards y tiene características de megadungeon. Entiendo los tintes indie, y me resulta absurdo buscar referencias en las frutas a los juegos, cuando lo que pongo en la mesa no es fresa ni melón ni sandía ni kiwi, sino doritos. Y aunque no sea seguidor de aspectos, ni buscador de hitos, entiendo los valores que esos juegos presentan a otros aficionados. Precisamente a mi me sirven para saber que no soy yo de dirigirlos, y si de jugarlos. O soy de jugarlos y dirigirlos. Digamos, más o menos, que soy de apartarlos para leerlos, y sacar cosas para aprovechar.
Como máster, narrador, guardián, guía, árbitro o director de juego, me gustan los railroads en entornos sandbox, y entre los suplementos prefiero las campañas y las aventuras. El resto de suplementos no dejan de ser algo fluffy mezclado con algo crunchy, que según cada uno tiende de uno al otro extremo, y cuya utilidad veo cada vez menor. Y aunque me encantan las megacampañas, odio las novelas río. La de leches que les daba a todos aquellos que no saben acabar un libro a la hora de escribirlo, y que desgraciadamente cada vez son más frecuentes entre la literatura friki, ya sea fantástica, de ciencia ficción, steampunk, novela negra o del resto de las llamadas culturas alternativas…
No tengo tiempo, cada mañana, o cada tarde, y menos cada noche, de invertir mi tiempo en leerme todos y cada uno de los ingentes libros de rol que existen, cada vez mas. Y menos ahora que de vez en cuando me apetece echar un vistazo entre eurogames y ameritrash, entre juegos de gestión de trabajadores, deck building games o cuatro equis. Lo siento, no tengo tiempo.
Y como no tengo tiempo, y ustedes si, ya que no necesitan etiquetas, debo de ser lento o estúpido. Porque si además de enterarme de todos los cambios en los entornos de desarrollo en los que me encuentro, además de aprender cada cierto tiempo un lenguaje de programación, además de gestionar mis proyectos, de atender a mi familia, estar enterado de lo que pasa a mi alrededor, tener un mínimo de conocimiento de las leyes que me rodean, así como de los hechos que nos afectan a mi y a los míos, si ademas de todo eso a la hora de jugar no puedo clasificar de una forma orientativa todos los libros para encontrar un dungeoncrawler que dirigir… entonces, señores míos, apaga y vámonos.
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