Esta pregunta puede contestarse desde dos puntos de vista. Desde el punto de vista del máster y desde el punto de vista del jugador.
Como máster, la preparación de la partida suele seguir unos pasos que me han acompañado casi desde el principio. Si la partida se basa en un módulo o campaña comprado, lo que hago es lo siguiente:
– Si el módulo es comprado, me releeo la parte que considero que van a atravesar los personajes. Si es necesario, tomo alguna nota sobre la misma, y en caso de tener que revisar alguna regla en concreto, le echo un vistazo. Por ejemplo, si van a tener que nadar, me reviso las reglas de nadar y de ahogarse. Si el módulo no es comprado, sino que es propio, entonces apunto aquellas notas que considero importantes, hago esquemas de los mapas y me apunto las criaturas y pnj’s que van a salir.
– Añaso a los apuntoes alguna nota sobre alguna idea que se enfoque en las características de los personajes. Por ejemplo, si hay algún orco, y un personaje tiene odio a los orcos, me lo apunto. Si cierto personaje tiene fobia a las arañas y van a salir arañas o similares, lo anoto. Y si hay alguna historia pendiente que pueda continuar en este punto, lo mismo (alguna novia, algún enemigo recurrente, etc).
– Tras la partida, apunto aquellas cosas que considere que puedan ser importantes para el futuro de los personajes, o que se le puede sacar algo de jugo.
Como jugador, mi rutina difiere bastante. En primer punto, porque solo pienso en mi. Bueno, en mi personaje, quiero decir. Entre partidas intento como podría mejorar la ambientación alrededor de mi personaje. Como puedo buscar nuevos contactos, planear una venganza contra alguien que le haya tocado las narices en el juego, etc.
El problema que tengo, sin embargo, es que pocas veces puedo llevar a cabo todo lo que pienso durante estas etapas entre partidas. Quizá debería de hablar más con el máster sobre ello.
Sobre manías, si tengo unas cuantas. La primera es que no me gusta que toquen mis dados. Es una de esas cosas irracionales, pero es que no me gusta. Mis dados son míos, y si tu tienes dados, coge los tuyos. Y si no los tienes, ya te dejaré yo, pero no estos.
Y lo segundo es que me compré varios juegos de dados del mismo tipo. Antes de comenzar elijo uno de los juegos, y juego con dicho conjunto todo el rato. No me gusta mezclar dados de distintos tipos.
Esta entrada pertenece al Desafío de los 30 días. Puedes ver las reglas aquí, y al resto de los desafiantes en este post.
Esta entrada y el resto de entradas del Desafío de los 30 días van a ser etiquetadas con el hashtag #Desafío302014 propuesto por Jesús Rolero.
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