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Bienvenido a la Subura

Estos relatos iban a aparecer, originalmente, en Roma, el juego de rol que próximamente publicará Ludotecnia.

Desgraciadamente, al final se han quedado fuera, lo cual es un nuevo motivo para publicarlos aquí 🙂

 

A veces, pienso que esta ciudad respira. Nos respira a nosotros. En Roma entran hombres jóvenes e ilusionados y la ciudad expira hombres cansados, podridos, derrotados.

 

Ese joven moreno que ves allí, por ejemplo. Se llama Joseph. Tiene manos de hombre trabajador y es probable que en su Judea natal fuera un buen hombre, un honrado labrador quizás. Aquí intentará quitarte la bolsa en cuando te despistes.

 

Al lado del judío, meando en aquella tinaja, está Tito Valerio. Lleva tatuado SPQR en su pecho, ha sido un legionario. Fue centurión bajo las órdenes de César. El Gran César, no ese niñato de Octaviano. Tito Valerio vio morir a su hermano en los fríos bosques de la Galia. Se alimentó de ratas mientras tiritaba de frío ante las puertas de Gergovia. Se tostó bajo el cruel sol de Cartago en la campaña contra Catón. Fue un buen soldado. Un hombre noble que le dio mucho a Roma, y Roma se lo escupió en la cara. Ahora se dedica a pegar palizas por encargo. Si quieres abrir una tienda en esta calle, no olvides pagar la «protección».

 

Detrás de él verás a un hombre de unos cincuenta años, Aristorco. Él afirma ser ateniense (o alejandrino, según le dé), pero en realidad nació en Cirene.  Si le pagas lo suficiente, podrá enseñarte todo el saber de Platón y Aristóteles. A veces, cuando se emborracha, le da por citar a Epicuro con lágrimas en los ojos. Conoce toda la teoría pero no lleva nada a la práctica. En cualquier otro lugar del mundo, sería un caro pedagogo para algunos afortunados niños ricos.  Aquí se dedica a falsificar documentos oficiales.

 

Por último verás a Valeria, la hermana de Tito. Es puta vieja, aunque todavía conserva gran parte de sus encantos. Ya sólo practica su noble oficio con la gente que le cae especialmente bien… Lo que no les impide cobrarles, por supuesto.  Malvive de la gestión de un lupanar al lado del puente. Ella sólo lo dirige, el  lupanar pertenece a un hombre rico del Palatino.

Conocí a Valeria cuando era joven, y por Venus que  entonces sí que hubiera pagado por ella todo lo que me pidiera, pero entonces no quería. Casó muy joven con un buen hombre, un viejo amigo de la familia que murió luchando contra los esclavos rebeldes de Espartaco, en el Río Silario. Valeria quedó así viuda con 16 años, y su familia decidió casarla con el hermano del difunto. El nuevo marido resultó ser un imbécil borracho que la obligó a prostituirse a fuerza de palizas. Un día, Tito volvió por fin a Roma y  su cuñado apareció flotando en el Tiber al poco tiempo. Tito vino, vio y venció, no sé si me entiendes…

 

Y esta gentuza; este ladrón, este asesino, este estafador y esta puta, son la gente con la que convivo aquí, en este octavo piso perdido en mitad de la Subura. Son mis mejores amigos, y ahora tú eres uno de nosotros. Bienvenido a Roma, muchacho. Procura caerles simpático, y así tu garganta no peligrará por las noches.


Roma es un juego de rol que será publicado en breve por Ludotecnia, dentro de su línea Cliffhanger, y que ha sido escrito por un servidor de ustedes y de la diosa Fortuna. 🙂

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