El pasado día 27 de Agosto, los chicos de la Marca del Este, en concreto su cabeza visible Steinkel, presentó en el blog una entrevista a uno de los referentes en el mundo del rol español. No solo por ser la puntilla de una fantástica (y extinta) revista en nuestro idioma, la conocida Dragón, sino por ser uno de los miembros de la C.I.A.
Supongo que ahora aquellos que no conocisteis o vivisteis aquella época os reiréis y pensareis «ya está el Kano bebiendo cazalla». Bueno, si, es cierto. La palometa que no falte en verano, con estos calores y después de comer, tras una siestecilla de cojo… narices, te deja como nuevo. Pero no os estoy tomando el pelo.
No lo haría con la C.I.A. (Campos, Ibañez y Aceytuno), creadores de algunos de los módulos más desternillantes y salvajes que he jugado nunca. Ahora mismo, y sin necesidad de buscar información en ningún sitio, recuerdo la campaña para Shadowrun que venía en una de las Dragón (creo que en la 3ª, si no me equivoco) llamada «Punks Toreros Olé» donde los personajes eran enviados a España, y esa aventura por si solita recogió todas, o casi todas, las anécdotas que los amigos nos contamos sobre ShadowRun desde entonces. Y son muchas.
Pero bueno, que me pierdo. Realmente, la entrevista que le realiza Steinkel no es por su pertenecia a la C.I.A., sino por ser durante la época en la que existió la dragón original, la pluma que analizó el entorno rolero de la revista durante toda la época que duró la misma, antes de que existiese internet. He de reconocer que tanto su sección como la de Luís Vigil eran ambas las primeras en leerme, siendo lo que más disfrutaba de la revista cuando la compraba, y las que más saboreaba, tanto en lo bueno como en lo malo.
Así que si queréis conocer un poco de la historia del rol en España en aquella época, no lo dudeis. Pasaros por la Marca y leed la entrevista.
PD Si, estoy escribiendo esto después de levantarme de la siesta, con un vaso de palometa con hielo al lado del portátil, mientras recuerdo todas esas anécdotas de la partida de Shadowrun. Y cuando termine de escribirlo, voy a programarla para… a ver… mañana no… mmm para hoy. A las siete. ¿Que creías, que me levanto todos los días a las siete de la mañana para escribir las entradas? 😀
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