De bien sabidos es que el tiempo nos come a todos, así que hay que aprovecharlo, y cuanto más se aproveche, mejor. Teniendo en cuenta eso, y que espero con ganas que algún millonario (de esos que podridos de pasta tienen los bolsillos) nos acoja en su seno a Tiberio y a mi, o me toque algún euromillon (mañana fijo que sale el que tengo yo, fijo), mientras tanto seguimos con nuestras cosillas, que en este momento son:
– Seguir con los conjuros. Todos los días subo unos cuantos conjuros actualizados y listos para usar. Vuestros comentarios nos están ayudando mucho a depurarlos, y nos permiten darnos cuenta de algunas cosas que no habíamos valorado cuando los escribimos por primera vez (hablo de los que venían en la beta) o los reescribimos (y los subimos al blog).
Me gusta subir los conjuros uno a uno (o dos a dos si son cortitos) porque al menos me demostráis que os los leéis, cosa que siempre es de agradecer, y lo que es mejor, los comentáis, así que seguiré subiendo conjuros hasta tener lo suficientes como para sacar un primer libro de conjuros.
– Sandbox. Ragna lo comentó el otro día en su blog, pero yo no había tenido tiempo hasta hoy. Ambos estamos comenzando a desarrollar un sandbox, el en su propio mundo y yo en el mundo de Aleph, siguiendo las indicaciones de Rob Conley. Estas indicaciones son muy sencillas de seguir, pero cuando luego te pones con ellas, la cosa se va complicando con los detalles más nimios. Afortunadamente para todos aquellos que tengan ganas de escribir un sandbox propio, tanto Ragna como yo estamos escribiendo un documento de como han ido transcurriendo las cosas, además de los problemas que nos hemos estado encontrando a la hora de seguir los pasos. Y la verdad es que están resultando interesantes tanto los sandbox como los documentos.
– Conversión de Stonehell. Ese dungeon es pura esencia old-school. Es un error si os quedais en que si tiene más de setecientas habitaciones, o que es un dungeon de esos que vas bajando niveles, o que la estructura del texto y los mapas es old-school. Realmente, la esencia y la grandeza del dungeon esta entrelazada en su simpleza, y donde otros habrían escrito unas rocas desnudas, habitaciones y escaleras, Michael Curtis ha creado un mundo propio, completamente old-school, enriquecido con detalles que hace que las partidas sean dignas de recordar. Detalles como poner cerca de la entrada del dungeon un muro donde los aventureros que entran en él (o salen) van dejando notas (ejemplos inventados: «el circulo de los cuatro estuvo aquí» o «en X habitación hay un tesoros escondido» y más abajo «ya no»), o una trampa rompenarices que hace que el personaje sea el hazmerreir de todos los kobolds del dungeon.
Desgraciadamente para mi (y por suerte para los que juegan en ese sistema), el dungeon está para el Labyrinth Lord, y en septiembre comenzamos la campaña en el dungeon con R&P!, así que aquí me tenéis, conviertiéndolo a todo trapo. En cuanto vaya terminando cosas que se puedan ver, las iré sacando por si alguien quiere hacer lo mismo que yo. De todas formas, iré contando las partidas, y crearé un Salon de la Fama como Ragna, del que me ha encantado esta iniciativa y otras muchas que ha tenido.
Por cierto, el Stonehell Dungeon, de momento, solo se puede conseguir en Lulú, no como el Dungeon Alphabet, otro libro obligatorio del mismo autor que también estuvo una temporada en Lulú hasta que Goodman Games se encargó de su venta y distribución.
Y eso es todo de momento 🙂
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