Ambas selecciones debían enfrentarse creando un relato en tono de humor que incluya la palabra y/o el concepto “Levadura”
Ambos contendientes se han quejado de que no han tenido tiempo para preparar correctamente el partido. Uno de ellos, de hecho, tuvo que enviarme su texto el mismo día que se publicó el resultado de la ONCE ya que era el único día de la semana que podía hacerlo. El otro apenas tuvo tiempo a lo largo de la semana para hacer casi nada. A pesar de ello, yo creo que ambos han conseguido escribir un relato bastante aceptable, pero eso deberéis juzgarlo vosotros 🙂
La Selección A optó por los clásicos, nos ha escrito Bailando con Poliedros, un relato en el universo de Fanhunter (que recuerdos :). El otro ha elegido un juego más original y nos trae Desde la despensa, una historia de humor negro ambientado en Rol Negro. ¡Suerte a ambos!
La Selección A ha visitado la Barnacity de Fanhunter. Y le ha gustado tanto que se ha quedado más de la cuenta, por lo que debemos penalizarlo con un gol en contra, lo siento 🙂
Bailando con Poliedros
Lugar: Barnacity
Fecha: Año 14 de nuestro Señor Alejo I
Hora: 15:34
Como todos los días, hacia un tiempo agradable en Barnacity, hoy los termómetros marcaban solo 45 grados a la sombra y una radiación solar capaz de derretir metal, pero para el Fanhunter Horatio Kain alias “El Levadura” (los guasones de sus compañeros le llamaban así porque siempre la tenia dura) hacia un día de perros. Su vida pendía de un hilo, si se enteraban en el Revaticano que había perdido todos esos poliedros sacrílegos que había cogidos prestados del Ludocentro privado de nuestro Señor Alejo I seguro que lo mandaban al centro de reeducación de fans “Pescadito” (actualmente vacío desde que la Resistencia se mudo en el año 2009 a Madrid para reorganizarse y de paso asistir al Salón del Manga).
Y lo peor de todo era que los había perdido esa misma mañana en una partidita de Póker que tuvo lugar en el Bar Joan. Estaba ganando pero Levadura no se pudo contener cuando vio que Joan subía la apuesta con la carta de Wargreymon (Levadura solo tiene un vicio y es completar la colección de cartas de Digimon) así que aposto los dados, después de todo no podía perder pues tenia un póker de ases. Pero con lo que no contaba era con que Joan llevara un trío de reinas a la Magnum 44 con la que apunto al ombligo a Levadura, haciendo que saliera del local más rápido que si hubiera visto un Fanpiro. Por fin comprendía por que se decía que Joan nunca perdía al Poker.
Es verdad que en otros tiempos Levadura fue un Fanhunter que hacia temblar a los fans solo con oír su nombre, pero actualmente su tripa había engordado y sus ánimos estaban de capa caída., ya que desde que se mudo la Resistencia de Barnacity a Madrid pasaba las tardes mirando su colección de cartas de Digimón, dando de comer a las palomas y viendo las obras del Ave (que según los planes trazados tardarían más en terminarse que la Sagrada Familia así que en eso por lo menos tenia suerte)
– Bueno, un hombre es un hombre aunque le pegue la mujer. – Se dijo Levadura mientras ponía rumbo al Revaticano.
En estos tiempos que corren aunque quisiera no podría encontrar esos dados ni en el mercado negro, así que no le quedaba más remedio que apechugar con lo hecho y confesar su crimen, así que “amb dos collons» cruzo el puente que separaba Barna del Revaticano, después de todo Alejo I siempre había sido muy comprensivo con sus súbditos.
Levadura esbozo una sonrisa mientras la sombra de las dos torres del Revaticano le tapaban el sol, siempre le recordaban a cierto libro prohibido llamado “El Señor de los Pardillos: Las dos torres” que tenia en la portada un dibujo de Alejo tirando cartas de Magic desde lo alto de las torres mientras los Fans le vitoreaban, por supuesto como Alejo tenia gran sentido del humor cuando vio esa ilustración mando quemar todos los libros y enviar a toda persona que fuera descubierta con un ejemplar en su poder a unas vacaciones con todos los gastos pagados al centro “Pescadito”.
Cuando llego por la noche a lo alto de las torres después de subir los 140 pisos (el ascensor solo es para uso de Alejo, los empleados tienen que subir por las escaleras) Levadura se dirigió raudo y veloz al despacho de Alejo, tenia que confesar el crimen que había cometido, pues le reconcomía la conciencia.
– Levadura, ¿Qué coño haces en las dependencias papales?.
– Señor KillerDog, A sus órdenes y siempre a sus pies. Pues me dirigía a pedir audiencia con su ilustrísima.
– Y pequeño mierdecilla ¿para que se supone que vas a molestar a nuestro amado soberano?. – Dijo KillerDog mientras acariciaba su AK-45 recién pulido.
– Señor, tengo que comunicarle a nuestro amado líder un hecho muy desafortunado que a ocurrido en la Ludoteca.
– Dímelo a mi, no siendo que molestes a Alejo por un problemilla sin importancia.
– Pues vera… …estaba yo… …esto… …ehhh… …
– Levadura, me estas tocando los huevos, dime que cojones haces aquí o te mando ahora mismo a limpiar los urinarios del centro “Pescadito”.
– ¡¡Si, Señor!!, Pues vera estaba yo patrullando diligentemente las instalaciones cuando de repente observe que la señora de la limpieza estaba en la Ludoteca de nuestro Señor Alejo y estaba guardándose diversos objetos heréticos en el cubo de la basura,
– ¿Seguro? ¿Eso es todo?
– Pues… …¡¡¡Ahh si!!! Y vi que se mientras se guardaba una bolsa de dados reía malvadamente y decía que la Resistencia a regresado.
– ¡¡¡Maldita Bruja!!!, Así que la Resistencia ya regreso, ya me lo olía yo, mandare inmediatamente a capturarla e “invitarla” a confesar, muy bien Levadura me encargare de que recibas un ascenso por tu labor al Reino. Reúne a todos los Fanhunters no quedara un solo lugar en Barnacity en el que se puedan esconder.
– Si Señor, Gracias señor, solo cumplo con mi deber, reuniré a todos ahora mismo. – Dijo Levadura mientras daba media vuelta y se alejaba contento de haber salvado el pellejo y de poder perseguir nuevamente Fans (aunque sean imaginarios).
Y la moraleja de la historia de hoy amiguitos y amiguitas es que más vale ser un acusica que un fiambre.
La selección B ha escrito un edificante relato ambientado en Rol Negro.
Desde la despensa
Pablo Jauregui tiene fama de ser el mejor repostero de Cunia y uno de los mejor considerados del mundo, al contrario que otros de sus compañeros de profesión Pablo basa sus creaciones en la tradición y en un excesivo cuidado en los ingredientes, hasta el punto de que ha hecho famosa la frase: “cada molécula tiene su peso en el sabor del pastel”. Se dice que es realmente obsesivo y rígido con sus recetas hasta el punto de convertirse en verdaderos ritos alquímicos. Adrián su nuevo ayudante está a punto de descubrirlo en sus propias carnes. Trabajar con él o te elevaba a las cumbres o te hacía desaparecer del mapa.
Los novatos siempre son muy pesados y tienen tendencia a repetirse, ya debía ser la cuarta o quinta vez que repetía la frase hecha y Pablo resistía con estoicismo:
– “Es un honor poder trabajar con usted, me encantaría poder participar activamente en una de sus grandes creaciones.”
– “Vale, pues toma esta tarjeta y sigue paso por paso las indicaciones en ella sin desviarte un ápice.”
Pablo intentó ignorarlo por un momento, hasta que vio algo que le hizo hervir la sangre:
– “¡¿QUÉ HACES?!”- Estaba claro, que algo no estaba haciendo bien cuando tembló la cocina con el grito.
– “Echo la sal…”- Dijo Adrián revisando la tarjeta por si había cometido un error.
– “¿Con la mano?”– Señaló la tarjeta. – “¿Qué pone ahí? ¿Pone una pizca? ¡No! Trae claramente: <<Echar una cucharadita mediada de sal fina sin yodo>>” – La descripción era precisa, hasta el punto que traía la fórmula de la sal como los tarros de la cocina, para que no hubiera posible equivocaciones entre la docena de tarros con sales diferentes. El chico bajó la cabeza e hizo como ponía la tarjeta.
Después de un rato, volvió a cometer un error:
– “¡QUIETO!” – Un par de cucharadas del polvo que tenía entre manos voló por la cocina. – “¡¿QUÉ HACES?! ¡¿NO SABES LEER?! ¡¿ESTÁS LOCO?!”
El chico miró la tarjeta convencido de que lo estaba haciendo bien. El repostero le quitó el tarro y le mostró la etiqueta: “¿Qué nombre tiene? ¿Es la Saccharomyces cerevisiae? ¡No! ¡Maldita sea no sabes hacer nada bien!”
El chico se quedó mirando el tarro. Y durante un momento dudo si formular o no la preguntar que le rondaba por la cabeza:
– “¿Entonces ésta que es? ¿Para qué sirve?”
– “Es otra cosa es para un componente secreto. Aún no estás preparado para conocerlo.”
– “¡Pero yo quiero participar todo y conocerlo todo! ¡Quiero hacer algo importante también!”
– “Tranquilo, con el tiempo y como sigas así lo conocerás…”
No mucho tiempo después apareció en el periódico La Verdad es caso del cocinero que usaba un extraño componente para convertir grasa humana en una especie de crema pastelera para sus famosos postres.
Además de que mucha gente de la alta sociedad estuvo enferma durante meses tras conocerse, se puede decir que Adrián por méritos propios llegó a formar parte de algo importante, se rumorea que era parte de una tarta que se le sirvió al alcalde.
VOTACIONES
Ahora le toca al público. Recordar que debéis votar en estas tres categorías:
DESTREZA: ¿Cual considerarías que tiene mayor calidad?
FUERZA: ¿Cual es más probable que uses como inspiración para una de tus partidas?
ELEGANCIA: ¿Cual crees que se ajusta mejor a la definición “un relato en tono de humor que incluya la palabra y/o el concepto “Levadura”?
Puedes votar en un sondeo creado en la lista de Trasgotauro o enviando un email privado a mundialitorolero@gmail.com. Las votaciones se cerrarán el próximo miércoles día 25 de agosto.
Deja una respuesta