Ambas selecciones debían enfrentarse en un relato de fantasía dura en el que apareciera la palabra y/o el concepto de “cerveza”. Y estos son los resultados que, por cierto, a mí personalmente me han encantado:
La Selección A ha escrito:
Veneno mágico.
La densa bruma nublaba los ojos de Iv-Rasil que luchaba contra sus párpados en busca de percibir su entorno. No intentó levantarse de la roca sobre la que se encontró postrado y supo que lo que chorreaba por su velludo mentón eran sus pegajosas babas, no podía moverse. El mundo giraba a su alrededor a un ritmo desigual y por más que se agarraba a la piedra no era capaz de detenerlo.
¿Por qué a él? Era un comerciante honrado, o todo lo honrado que se podía ser intentando sobrevivir en sus viajes a través del continente. No había hecho mal a nadie y siempre intentaba que sus clientes se fueran satisfechos, podía jurarlo por el Gran Espíritu.
Un dolor agudo atravesaba su cráneo como si una flecha hubiera pasado de un lado a otro de su cabeza y se quedara atascada sin poder salir. Y si intentaba abrir los ojos la luz del sol le producía un daño aún más intenso. No tenía forma de saber si seguía en el claro o si sus pertenencias estaban por allí. Aunque era fácil que solo algunos restos estuvieran diseminados en los alrededores y que esos malditos le hubieran limpiado su pequeña caravana. Al menos le quedaba algún animal, porque podía oírlos respirar y moverse a unos pasos, el ruido era muy molesto porque parecía amplificado como si el suelo fuera su propia cabeza. Mientras siguieran tranquilos los chillones no suponían ninguna amenaza, pero no habían obtenido ese nombre por ser especialmente silenciosos cuando se ponían nerviosos.
Seguro que había sido el maldito dwaldur. Aquel saco de músculos comprimidos en su pequeña talla y de dientes afilados que no dejaba de lucir con cada sonrisa. Como sospechaba era muy peligroso, aunque Iv-Rasil creía que lo tenía controlado. Habían tenido un día muy productivo y la celebración de la noche era cuando menos justificada.
No debió creerle, jamás. Algo en su interior, como si fuera el espíritu del abuelo Iv-Covren le decía que no era una pepita sólida. ¿Una bebida extraída de un cereal? ¿Pero quién se creía que era, un dwandir? Estaba claro que en aquello había algo más…
No cabía duda que era un veneno, un potingue mágico. Algo del color del ámbar con esa especie de pelusa blanca como la que deja el mar en la costa y con bolitas de aire dentro… Era muy divertida de mirar, además hacían cosquillas al beberlas. Nunca había probado nada igual, era fresca y algo amarga… Pero tras unos tragos empezabas a disfrutar su sabor. ¡Nadie podía creerse que eso salía del grano! ¡Tenía que haber algo más!
Durante la noche bebieron muchos cuencos, como si fuera agua. No quería insultar al dwaldur (y arriesgarse a ser su cena) y el líquido le transmitía cierta alegría y calor. Hasta el momento, ese momento fatídico. Sin duda el salvaje lanzó su conjuro y todo se volvió blanco. Iv-Rasil no recuerda nada más hasta hace unos latidos, cuando el mundo golpeó su cabeza con fuerza y no pudo ni ver su estado y el de sus enseres.
Iv-Rasil yacía sobre la roca, maldito y envenado. Cer-b-za la había llamado el dwaldur de afilados dientes, original nombre para esa ponzoña brillante y atractiva.
El dolor era insoportable y deseaba que la pócima lo matara pronto…
La selección B ha escrito:
The Lord of the Rings: The Sauron’s Kingdom
Aragorn no consiguió la victoria en la batalla contra el Señor Oscuro delante de las puertas de la Torre Oscura…
Las últimas fuerzas de los elfos, humanos y pueblos libres de la Tierra Media fueron diezmadas ante la muerte de los últimos reyes de Gondor y Rohan…
Y las últimas esperanzas resididas en dos medianos de camino en las faldas del Monte del Destino para la destrucción del Anillo Único…fracasaron.
La sombra de Sauron al fin venció.
Los fuegos de los pozos de Mordor y sus esclavos están actualmente activos. Criaturas horrendas de pesadilla campan libremente por una irreconocible Tierra Media, ahora con el sobrenombre de Tierra Penumbra.
Delante de una fogata, en uno de los recodos de un sendero hacia Cirith Úngol, unos orcos toman un descanso con cráneos rellenos de cerveza, armados con látigos y cuchillos en sus cinchas, en vigilancia de que ningún esclavo realice mal su trabajo. Estas criaturas infectas, de modales toscos y dientes afilados comentan sobre los principios de la victoria de su amo, que rige todo con mano dura, autoridad y miedo. Cuentan, con todo lujo de detalles, los intentos fútiles de los hombres y demás criaturas para detener la subida al poder de Sauron. De cómo dos medianos sucumbieron ante el ataque de los Nâzgul al descubrir que uno de ellos llevaba puesto el anillo en las grietas del Destino, destripados sin piedad. Cómo Sauron consiguió apoderarse del anillo de poder gracias a sus espectros, y así alzarse de sus cenizas con éxito, destruyendo al Rey Elessar y a sus ejércitos. Cómo las ciudades de Gondor y Rohan cayeron, así como barridos sus Senescales y Reyes, quedando los restos de su pueblo como sirvientes esclavizados. Muchos de los bosques de antaño ya no son tal, sino meros recuerdos de lo que una vez fueron. El más afectado es el denominado Ambarona, Bosque del Ent o Bosque de Fangorn, ahora reducido en un simple llano de cenizas. Existe todavía cierto pequeño sector de árboles que se mantienen en pie debido a raras dificultades que impiden su derribo, pero que tan sólo es cuestión de tiempo que perezcan.
La Comarca tampoco se ha librado. Hobbiton no es ya más que un conjunto de tierras desoladas, pobladas por edificios completamente desconocidos a la original arquitectura hobbit: rectangulares estructuras de piedra, mal iluminadas y amuebladas, despidiendo de sus chimeneas un humo negro y tóxico. Las criaturas que la pueblan no són más que simples bandidos y rufianes, cuyos servidores son hobbits maltrechos, de los pocos que quedan. Su dueño no es Saruman, a quien dieron muerte asesinos de Mordor, sino un heraldo mucho más oscuro y terrible.
A pesar de que toda montaña, bosque, río y lugar haya sido contaminado, malversado y dilapidado por las artes y brujerías de Mordor -puesto que los brujos negros han vuelto a aparecer- aún quedan, por pequeños que sean, focos de resistencia: Gimli hijo de Glóin junto con un reducido clan de enanos se han aposentado en las profundos territorios de Aglarond, en peleas con los trasgos que realicen sus incursiones. Los hijos de Meriadoc Brandigamo mantienen cierta resistencia contra los bandidos en Cricava, desaparecidos Peregrin y este último. Legolas y el resto de los elfos que quedaban en la Tierra Media partieron tiempo ha de los Puertos Grises. Por último, el llamado Jinete Blanco, Mithrandir o Gandalf lidera un ajustado grupo de resistencia de las últimas tropas diezmadas de Gondor, Rohan y pueblos libres en Minas Tirith, batallando contra fuerzas de Mordor en un intento desesperado de esperanza.
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