Categoría: Dungeon del Lich

– Me escondo.
– ¿Te escondes?
– Si.
– ¿En un pasillo sin esquinas?
– Si.
– ¿Con luz de antorchas, sin sombras, siendo el pasillo completamente recto y sin puertas, estatuas, columnas u otro elemento?
– Si.
– Tira.

Esta claro que una de las cosas que más importa a los aventureros es el ecosistema. El difícil equilibro que llevaría a un ecosistema a desaparecer y alterar a todo cuando le rodea no deja de rondar por la mente de los jugadores, que ven reflejados estos pensamientos en las acciones de sus personajes… ¿verdad? ¿verdad?

Esos ecosistemas… tan frágiles, tan en peligro…

¡Buenas! Ya estamos aquí, tras un mesecito de vacaciones que, la verdad, necesitábamos como agua de mayo. Y a fuer de ser sincero, yo por mi parte me volvería a ir de vacaciones, pero mi mujer y mi hija, y sobretodo, David, no me dejan. Así que… pues eso, volvamos a la historia.

Y en unos días, ¡más novedades!

Honey, don’t give me that «all for one» shit.
I got to deal with being a minority in a minority
of a minority, ain’t nobody supportin my ass.

Hooper, Chasing Amy

¿Que hacen esos monstruos finales, los personajes van avanzando por el dungeon? Esperar. Solo esperar. Nada más que esperar. Y venga esperar.

¿Cuánta inteligencia tengo? ¿Cuántos idiomas dices que puedo cogerme? Pues me cojo… orco… enano… común, por supuesto… y… rata.

En toda historia épica llega el momento de la tragedia, la que empuja al héroe a reaccionar, a responder, a buscar venganza… al ¿héroe?

ME VENGARÉ!!! ME VENGAREEEEE!!!… bueno, me vengaré en bajito, no sea que me escuchen…

Que insensibles pueden llegar a ser los jugadores. Y los personajes, gracias a estar en las manos de los jugadores. Los enemigos se transforman en tan solo números y cantidades. En frases del estilo… «cojo una oreja de cada goblin que mato y me hago un collar» o «cada muerto es una muesca en mi bastón».